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GURUTZ LINAZASORO NEURÓLOGO / «La nanotecnología es en este momento la esperanza para el enfermo de parkinson»
MARIO GARCÍA/SAN SEBASTIÁN
Linazasoro cree que la curación del parkinson llegará cuando a partir de una célula madre se puedan obtener neuronas dopaminérgicas listas para ser implantadas. Alrededor de 5.000 personas padecen Parkinson en Cantabria. Por cada uno de estos enfermos hay una media de tres personas de su entorno familiar implicadas en su atención:15.000 cuidadores.
El papel de Valdecilla: Entre las líneas de investigación abiertas destaca la iniciada por el servicio de Neurología del hospital Valdecilla para conocer las causas genéticas de la enfermedad, y en la que participan José Angel Berciano, Jon Infante, Onofre Combarros, Eloy Rodríguez e Ignacio Mateo.
La novedad científica de este año en relación con el tratamiento del Parkinson es la inminente salida al mercado de dos nuevos fármacos que potencian los efectos de la farmacopea contra los síntomas de esta enfermedad, que hoy por hoy no tiene curación. Sin embargo la investigación está en marcha y a las posibilidades que abre la biotecnología se suma el esfuerzo por conseguir una vacuna. Aspectos que cobran más sentido, si cabe, en una semana que ha asistido a la celebración del Día Mundial del Parkinson.
- Estamos hablado de una enfermedad...
- Neurodegenerativa, crónica, progresiva, de causa desconocida y, por lo tanto, sin tratamiento curativo a día de hoy. Afecta al 2% de los mayores de 65 años y se estima que en España puede haber en torno a 100.000 afectados.
- ¿Afecta al intelecto?
- No en un porcentaje muy alto y de forma distinta a lo que se observa en el Alzheimer. Sí es cierto que se alteran ciertas funciones ejecutivas, pero no afecta a la memoria.
- ¿Existe algún nexo entre Parkinson y Alzheimer?
- Puede haberlo entre todas las enfermedades neurodegenerativas. Todas ellas se caracterizan por el depósito de proteínas anómalas. Lo que varía entre unas y otras es el tipo de proteína y el lugar donde se deposita. Esto hace pensar que hay ciertos mecanismos comunes. Esto es importante saberlo, porque posiblemente algo que se investigue para el Parkinson puede valer para el Alzheimer o viceversa. Por ejemplo, hace poco se dieron los primeros pasos de la vacuna para el Alzheimer y poco después se inició la investigación de la del Parkinson, que ya ha dado los primeros resultados en ratas.
- ¿Y en humanos?
- Todavía, no. Tendrá que pasar algún tiempo. Pero cuando se consiga será un paso adelante. La vacuna permitiría frenar la progresión de la enfermedad.
- ¿El Parkinson acorta la vida?
- En absoluto. El enfermo de Parkinson vive lo que tiene que vivir. De lo que se trata es de que podamos ofrecerle buena calidad de vida.
- No se cura, pero se controla.
- Exactamente. Afortunadamente sabemos lo que pasa en el cerebro. Que hay un grupo de neuronas que degeneran, que dejan de producir dopamina, cuya función es la de regular el movimiento del cuerpo. Al faltar este neurotransmisor se producen los síntomas clásicos de la enfermedad: temblor, rigidez, lentitud de movimientos e inestabilidad postural, entre otros. Hay también otro tipo de síntomas, como depresión (en más del 50% de los casos), estreñimiento y, en algunos pacientes, demencia. Frente a todo esto, lo que hacemos los médicos es sustituir esa carencia de dopamina mediante fármacos.
- ¿De forma eficaz?
- El medicamento precursor, levodopa, se transforma en dopamina. Pero el problema es que en el cerebro todo funciona de una manera muy precisa y cuando llega el fármaco no actúa con la precisión que sería de desear. Inunda otras zonas, las estimula y crea problemas secundarios. O sea, que al principio del tratamiento todo va muy bien, pero al cabo de unos años aparecen complicaciones.
- Pues ahí está un reto.
- Claro, se está trabajando de forma muy intensa para conseguir esa precisión. Es un reto al que puede contribuir decisivamente la biotecnología y, más concretamente, la nanotecnología. Por ejemplo, nanopartículas de dopamina pueden ser dirigidas, como con un imán, a la zona afectada, a los ganglios basales y, más concretamente a la sustancia negra y al estriado, que es donde falta la sustancia. Esto parece ciencia ficción, pero estamos en ello.
- El futuro va por ahí...
- Segurísimo. Además, lo bueno de la biotecnología es que nada es imposible.
- Sin embargo, los últimos avances van por el terreno de la farmacología.
- En el último año, con el conocimiento de nuevos genes, se ha abierto una investigación que, a medio-largo plazo, podría dar lugar a otras estrategias de tratamiento. Pero, desde un punto de vista más práctico, los grandes avances de este año vienen dados por la salida de nuevos fármacos. En un mes va a salir uno, Rasagilina, y a finales de año saldrá otro, Rotigotina, que se administra en forma de parche. El primero potencia el efecto de la levodopa, que sigue siendo el tratamiento básico, y además podría tener un efecto protector, es decir, que ralentizaría el desarrollo de la enfermedad. Y la Rotigotina es un fármaco que actúa directamente sobre los receptores donde interviene la dopamina.