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LA PSICOLOGA

LAS CAUSAS
La enfermedad del Parkinson proviene de una alteración neurológica, es decir de un proceso cerebral, el cual presenta cierto deterioro en su funcionamiento; La causa que provoca este deterioro es una incógnita aun en nuestros días, aunque cabe reconocer que son muchos los estudios y las investigaciones científicas que se llevan a cabo para determinar no solo los orígenes, sino también los diferentes tratamientos que pueden llegar a favorecer y mantener una mejor calidad de vida de los enfermos.
El Parkinson es una afección neurodegenerativa, que se presenta cuando ciertas células nerviosas mueren o se degeneran por la falta de una sustancia llamada dopamina, todo este proceso se inicia en el cerebro, y aunque las investigaciones aportan datos como que puede ser hereditario, también existen aportaciones sobre la presencia de factores externos que pueden facilitar la aparición de la enfermedad.
La edad promedio en la que se manifiestan los primeros síntomas  es alrededor de los 60 años, aunque se calcula que entre un 5% al 10% de las personas enfermas son diagnosticadas antes de los 40 años, por lo cual se entiende que no es una enfermedad que afecte solo a personas mayores, sino que también puede llegar a presentarse en adultos.
Para realizar un diagnostico adecuado de la enfermedad del Parkinson, se debe tener en cuenta diversos factores o síntomas, ya que las primeras fases de la enfermedad se pueden llegar a confundir como la sintomatología de una persona de edad avanzada, debido  a la sutileza y transitoriedad de los síntomas.
Los primeros síntomas que aparecen  en la enfermedad son: los temblores, que generalmente se presentan en reposo, o cuando la persona esta siendo sometida a situaciones de estrés; La bradicinesia, que tiene como característica principal la perdida del movimiento espontáneo, es decir la marcha motora la realiza en pequeños pasos para poder conservar el sentido del equilibrio.
Además de estos síntomas primarios se encuentran síntomas secundarios tales como la micrografía, hipomimia, disartria, ansiedad, depresión, reducción de los reflejos normales como el tragar o parpadear.
Si bien es importante la realización de un diagnostico adecuado, y un tratamiento correcto con relación a los síntomas físico de la persona afectada, es igual de importante el tratamiento psicológico tanto del enfermo como del entorno cercano.



Cuando se determina que una persona presenta los síntomas del parkinson no solo la persona afecta, sino la familia entra en un ciclo de falta de información, carencia de apoyo sanitario y básicamente un soporte social, que le ayude a comprender que a partir de ese momento su vida comenzara a cambiar.
El desconocimiento, y la falta de información que existe hasta el momento con la enfermedad del parkinson, requieren un esfuerzo superior por parte de todos, entendiendo y conociendo lo relevante de la enfermedad, para poder colaborar en un trabajo multidisciplinario en la ayuda y la mejoría de las personas afectadas, intentado que por lo menos mantengan un nivel de vida adecuado y correcto.
La comprensión de la enfermedad requiere que la sociedad en general asuma su responsabilidad con respecto a esta enfermedad que si bien es conocida por todos, no es considerada en el ámbito social, ya que básicamente ha sido adjudicada a las personas mayores.
Por estos motivos hace  un año nace la Asociación Cantabra del Parkinson en Cantabria (Torrelavega) con el fin de colaborar, ayudar, y básicamente apoyar a los enfermemos y las familias que presentan está enfermedad.
El objetivo principal de la Asociación es tener un sitio en el cual las personas afectadas se sientan comprendidas y apoyadas y que básicamente no se sientan solas frente a una enfermedad que es crónica, y que requiere de todo el apoyo necesario para poder manejarse en el día a día.
Nuria de la Arena Navarro
Psicóloga



Nuria la sicologa dice:
LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS
En el momento en que se diagnostica la enfermedad del Parkinson, se presentan una serie de sentimientos, los cuales en la mayoría son de una connotación negativa, sin embargo con el paso del tiempo y mediante un proceso interno, estos sentimientos acabaran en convertirse, en sentimientos positivos.
Son muchos los aspectos emocionales que se manifiestan en el transcurso de la enfermedad, algunos de los cuales nos son familiares por que los hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, y otros pueden ser desconocidos hasta el momento. La importancia de reconocer, aceptar, y seguir adelante nos permite un punto de partida para el autoconocimiento, y el crecimiento personal.
En el momento en que surge el diagnostico confirmado de la enfermedad, las personas comienza a experimentar emociones negativas o mas bien con connotación negativa dentro de las muchas emociones de este se manifiestan el miedo, la rabia, la inseguridad, la soledad, la depresión y la ansiedad.
Normalmente con el paso del tiempo estas emociones al ser interiorizadas suelen cambiar, pero que podemos hacer para cambiarlas. El primer paso es reconocerlas y aceptarlas como parte de nuestro proceso interno de aceptación. El reconocer que hay etapas en las cuales nos sentimos mas desesperanzados, mas solos y mas vulnerables nos lleva también a reconocer que debemos mejorar, que tenemos que intentar que estas emociones que tanto malestar nos generan deben cambiar, que para ello necesitamos modificar ciertas ideas, pensamientos, y hábitos, para mejorar nuestra calidad de vida emocional.
Una vez llevado a cabo el proceso de aceptación, trabajamos con la modificación de estos sentimientos, generamos nuevas formar de afrontamiento, nuevos estilos de comunicación que nos permitan expresar y actuar de manera más positiva ante la enfermedad, y frente al día a día. Estas modificaciones no serán integradas de manera instantánea requerían de tiempo, y esfuerzo y sobretodo del querer sentirse felices a pesar de tener que convivir con una enfermedad.



LA PSICOLOGA DICE EL PARKINSON
Muchas veces cuando escuchamos esta palabra, nos viene a la mente la imagen de una persona mayor, de alguien que ya ha vivido, ha experimentado, y que con los años ha envejecido. Pero no caemos en la cuenta que esta enfermedad puede presentarse de forma precoz, y alterar de igual manera el estilo de vida de una persona de 60 años como una de 20, y no solo afectarlas a ellas mismas, sino que además afecta a su entorno social y familiar.
El enfrentarse al diagnostico de esta enfermedad es igual de impactante en la vejez que en edades tempranas. La persona que la padece debe aprender a afrontar las situaciones y la vida cotidiana desde otro punto de vista, conocer nuevas formas de relacionarse con el mundo, y tener estrategias de afrontamiento que otorguen como resultado un manejo adecuado de la enfermedad, que les permita tener la capacidad de desenvolverse dentro del núcleo social .
Debemos identificar los diversos sentimientos que se presentan en el comienzo de la enfermedad como en el curso de la misma, identificar claramente que es lo que podemos hacer y que es lo que sentimos en cada momento, por que aun teniendo conocimiento suficiente para comprender la enfermedad, nos cuesta admitir las emociones, y sensaciones que nos genera el día a día convivir con ella, intentar buscar una manera de sentir, que aunque tengamos parkinson, está en nuestras manos la posibilidad de realizar y mejorar nuestra vida y la de los demás.